lunes, 23 de noviembre de 2015







Rasgos característicos de la poesía de Bécquer que podemos encontrar en la rima XLI


 Tú eras el huracán y yo la alta 
torre que desafía su poder: 
¡tenías que estrellarte o abatirme!... 
¡No pudo ser! 

Tú eras el Océano y yo la enhiesta 
roca que firme aguarda su vaivén 
¡tenías que romperte o que arrancarme!... 
¡No pudo ser! 

hermosa tú, yo altivo; acostumbrados 
uno a arrollar, el otro a no ceder; 
la senda estrecha, inevitable el choque... 
¡No pudo ser!



En este poema podemos encontrar muchos rasgos propios de Bécquer. Para empezar, aparece el tema principal de su obra poética: el fracaso del amor humano, en este caso mediante la presentación de una relación amorosa en la que es imposible conciliar las fuertes personalidades de los dos amantes.

En la edición de la poesía de Bécquer que hicieron sus amigos y que titularon Rimas, podemos encontrar este poema junto con otros en los que se aborda, desde distintas perspectivas, el fracaso de las relaciones amorosas. En Bécquer encontramos muchos más poemas dedicados al fracaso del amor o a su imposibilidad que a la plenitud y la felicidad amorosa.

Aunque en este poema encontramos un abuso de los enunciados exclamativos, la poesía de Bécquer es más natural  y menos altisonante que la de otros poetas románticos. En este poema consigue esa naturalidad mediante las rimas asonantes y ciertos recursos propios de la poesía popular: el estribillo y los paralelismos. Todos estos rasgos son propios de los poetas posrománticos, influenciados por Heine y por la lírica popular.

A pesar de encontrarnos frente a un poema íntimo y confidencial, el poeta no nos cuenta nada de su biografía que nos ayude a imaginar la situación: cómo es la muchacha, cómo se conocieron, por qué se produjo el choque entre ellos, etc. De esta forma Bécquer consigue que sus poemas tengan un carácter universal y que sean muchos los lectores que puedan identificarse con sus sentimientos.

El carácter personal y subjetivo de la poesía de Bécquer queda patente por el uso de la primera persona. Otro rasgo propio de su poesía es el uso de una segunda persona como destinatario de sus palabras.

En la poesía de Bécquer es muy habitual el uso de elementos de la naturaleza para identificar sus sentimientos. En este caso identifica los amantes primero con un huracán y una torre, y, a continuación, con el océano y una roca. Es muy habitual en Bécquer el uso de estos símbolos. El uso de elementos de la naturaleza es un tópico de la poesía romántica, pero en Bécquer estos elementos aparecen normalmente en movimiento: el huracán que se estrella en la torre y el vaivén del océano que choca contra las rocas.

Los versos que utiliza en esta composición son habituales en su producción poética, especialmente los endecasílabos. El uso de versos de pie quebrado, en este caso de cinco sílabas, también aparece en muchos de sus poemas.












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