Rasgos característicos de la
poesía de Bécquer que podemos encontrar en la rima XLI
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o abatirme!...
¡No pudo ser!
Tú eras el Océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén
¡tenías que romperte o que arrancarme!...
¡No pudo ser!
hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o abatirme!...
¡No pudo ser!
Tú eras el Océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén
¡tenías que romperte o que arrancarme!...
¡No pudo ser!
hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!
En
este poema podemos encontrar muchos rasgos propios de Bécquer. Para empezar,
aparece el tema principal de su obra poética: el fracaso del amor humano, en
este caso mediante la presentación de una relación amorosa en la que es
imposible conciliar las fuertes personalidades de los dos amantes.
En
la edición de la poesía de Bécquer que hicieron sus amigos y que titularon Rimas, podemos encontrar este poema
junto con otros en los que se aborda, desde distintas perspectivas, el fracaso
de las relaciones amorosas. En Bécquer encontramos muchos más poemas dedicados
al fracaso del amor o a su imposibilidad que a la plenitud y la felicidad
amorosa.
Aunque
en este poema encontramos un abuso de los enunciados exclamativos, la poesía de
Bécquer es más natural y menos
altisonante que la de otros poetas románticos. En este poema consigue esa
naturalidad mediante las rimas asonantes y ciertos recursos propios de la
poesía popular: el estribillo y los paralelismos. Todos estos rasgos son
propios de los poetas posrománticos, influenciados por Heine y por la lírica
popular.
A
pesar de encontrarnos frente a un poema íntimo y confidencial, el poeta no nos
cuenta nada de su biografía que nos ayude a imaginar la situación: cómo es la
muchacha, cómo se conocieron, por qué se produjo el choque entre ellos, etc. De
esta forma Bécquer consigue que sus poemas tengan un carácter universal y que
sean muchos los lectores que puedan identificarse con sus sentimientos.
El
carácter personal y subjetivo de la poesía de Bécquer queda patente por el uso
de la primera persona. Otro rasgo propio de su poesía es el uso de una segunda
persona como destinatario de sus palabras.
En
la poesía de Bécquer es muy habitual el uso de elementos de la naturaleza para
identificar sus sentimientos. En este caso identifica los amantes primero con
un huracán y una torre, y, a continuación, con el océano y una roca. Es muy
habitual en Bécquer el uso de estos símbolos. El uso de elementos de la
naturaleza es un tópico de la poesía romántica, pero en Bécquer estos elementos
aparecen normalmente en movimiento: el huracán que se estrella en la torre y el
vaivén del océano que choca contra las rocas.
Los
versos que utiliza en esta composición son habituales en su producción poética,
especialmente los endecasílabos. El uso de versos de pie quebrado, en este caso
de cinco sílabas, también aparece en muchos de sus poemas.
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