Rasgos característicos de la
poesía romántica que podemos encontrar en la rima XI de Bécquer:
Yo soy ardiente, yo soy morena,
Yo soy el símbolo de la pasión;
De ansia de goces mi alma está llena.
— ¿A mí me buscas? — No es a ti; no.
Yo soy el símbolo de la pasión;
De ansia de goces mi alma está llena.
— ¿A mí me buscas? — No es a ti; no.
— Mi frente es pálida; mis trenzas de oro:
Puedo brindarte dichas sin fin;
Yo de ternura guardo un tesoro.
— ¿A mí me llamas? — No; no es a ti.
— Yo soy un sueño, un imposible,
Vano fantasma de niebla y luz;
Soy incorpórea, soy intangible;
No puedo amarte. — ¡Oh, ven; ven tú!
Puedo brindarte dichas sin fin;
Yo de ternura guardo un tesoro.
— ¿A mí me llamas? — No; no es a ti.
— Yo soy un sueño, un imposible,
Vano fantasma de niebla y luz;
Soy incorpórea, soy intangible;
No puedo amarte. — ¡Oh, ven; ven tú!
En
la rima XI, Bécquer nos habla de su mujer ideal, que es irreal, imposible y
solo existe en su imaginación. El choque entre la realidad y la fantasía es un
tema recurrente en la poesía romántica. La insatisfacción que les producía este
tipo de sentimientos provocaba en muchos de ellos estados de depresión y
tristeza.
Como
otros poetas románticos, Bécquer reivindica su libertad mediante la expresión
de sus sentimientos. De igual forma, podemos ver que es un poema donde
predomina la subjetividad y el sentimentalismo.
La
mezcla de géneros y registros que encontramos en gran parte de la poesía
romántica podemos verla en este poema en el hecho de que el poema se construya
mediante diálogos, algo más propio de la narrativa. La métrica también es
arriesgada: esta combinación de versos endecasílabos y pentasílabos no es
habitual.
El
uso de los enunciados exclamativos es un rasgo propio de la poesía romántica, y
en este poema lo encontramos en el último verso. También encontramos muchos
términos que se refieren a emociones y sentimientos: ardiente, pasión, goces,
dichas, ternura, etc.
De
cualquier forma, este poema de Bécquer pertenece al posromanticismo, un periodo
en el que es patente la influencia de la poesía intimista de Heine y la de la
poesía popular. La influencia de la poesía popular puede observarse en la
libertad con la que rima el poeta (usa rimas consonantes, asonantes y versos
sueltos), en el uso del diálogo y en el uso de estructuras paralelísticas
(todas las estrofas repiten una estructura similar).
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