miércoles, 30 de septiembre de 2015



  ORIGEN Y DESARROLLO DE LA LENGUA ESPAÑOLA

1.Las lenguas prerromanas

Antes de la llegada de los romanos convivían en la Península Ibérica varias lenguas: el tartesio (sur de Portugal y oeste de Andalucía), el ibérico (este de Andalucía, todo el Levante y parte de Aragón), el vasco (llegó a ocupar el actual País Vasco, español y francés, Navarra, La Rioja y gran parte de los Pirineos), el celtibérico (centro de la Península) y el lusitano (Portugal). También influyeron el fenicio y el griego por las colonias que establecieron en las costas peninsulares y por la actividad comercial que mantuvieron en ellas.

Topónimos celtas: Segovia (Segovia o Sigüeya), Segontia (Sigüenza), Coruña, Arganda, etc.

Topónimos fenicios: Gadir (con los romanos, Gades; y Qadis con los árabes), Malaka (Málaga), Ebusus (Ibiza), Hispania (que significa “tierra de conejos”), etc.

Topónimos griegos: Lucentum (Alicante), Rhode (Rosas)…

2.El latín

2.1.La romanización

Las tropas romanas llegan por primera vez a Hispania en el año 218 a.C., durante la Segunda Guerra Púnica. Su victoria sobre los cartagineses les proporcionó el dominio de toda la franja mediterránea. En el siglo II a.C. consiguen dominar el centro y el oeste de la Península. El noroeste, habitado por galaicos, astures y cántabros, será sometido en dura contienda entre los años 29 y 19 a.C. Es decir, tardaron unos 200 años en conquistar la Península.


Los romanos dividieron la Península en cinco provincias:
El dominio de Roma no se limitaba al aspecto militar. Tras las legiones llegaban los colonos (que enseñaban prácticas agrícolas y ganaderas), los administradores (que imponían la administración territorial y jurídica romana) y los maestros (que enseñaban la lengua latina a los nativos). Este proceso de transformación cultural se denomina romanización.

El triunfo del proceso de romanización fue menos intenso en el norte que en el sur y en el este. En estas regiones se encontraban los principales puertos comerciales, las ciudades más prósperas, una mayor condensación demográfica y una vida cultural más rica. Antes de los romanos estos emplazamientos comerciales fueron ocupados por griegos y fenicios.

Hispania proporcionó a Roma algunos escritores importantes (Seneca, Marcial, Lucano) y tres emperadores (Adriano, Trajano y Teodosio).

Topónimos romanos: Caesaraugusta (Zaragoza), Carthago Nova (Cartagena), Emérita Augusta (Mérida), Gallaecia (Galicia), Gerunda (Gerona), Hispalis (Sevilla), Salmantica (Salamanca), etc.

2.2.La fragmentación del Imperio Romano

El Imperio Romano en su época de mayor esplendor ocupó Hispania, Galia, parte de Germania, Italia, Iliria (Albania), Macedonia, Grecia y Dacia (Rumanía), Asia Menor, Egipto y el norte de África.

Las dificultades de mantener cohesionado un territorio tan vasto, las divisiones políticas, el descenso demográfico, las crisis económicas, así como la llegada de las invasiones de los pueblos bárbaros fueron causas importantes de la fragmentación del Imperio Romano, ocurrida en el siglo V de nuestra era.

3.La influencia de las lenguas germánicas

En el siglo V llegan a la Península las primeras invasiones de pueblos germánicos o bárbaros. Llegan al principio los suevos, los vándalos y los alanos, pero su dominio es efímero. Los visigodos, venidos años más tarde, serán los que logren reunificar bajo su mando el territorio de la Hispania romana. Imponen su gobierno y sus costumbres, pero adoptan la lengua latina. La unidad política y administrativa continúa gracias a la unificación religiosa.
Aunque la caída del Imperio significó un derrumbe cultural, durante el reino visigodo se logra cierto renacimiento artístico y literario. Toledo se convirtió en el centro cultural y político de los visigodos.

Los pueblos germánicos solo nos dejaron algunos términos léxicos, y algunos topónimos y nombres propios.

Léxico castellano de origen germánico: ropa, espía, tapa, aspa, rueca, ganar, guardar, robar, guerra, falda, bandido, orgullo…

Nombres de origen germánico: Álvaro, Elvira, Gonzalo, Alfonso, Rodrigo, Fernando...

4.La influencia de la lengua árabe

En el año 711 se produce la invasión árabe. En menos de diez años lograron dominar casi toda la Península, con la excepción de algunas zonas del norte, desde donde se inicia un largo proceso de reconquista que dura ocho siglos.

Como consecuencia de la invasión árabe, la Península queda dividida en dos bloques enfrentados en política, costumbres y religión.
Los núcleos cristianos se hallan muy dispersos y se configurarán como reinos diferentes, hecho que potencia la fragmentación lingüística. La lengua latina de la clase culta mostraba aún cierta unidad, pero el habla del pueblo inició un proceso irreversible de dialectalización: el gallego, el castellano, el catalán, el asturleonés y el navarroaragonés. En las zonas de dominación árabe se habla una lengua romance que llamamos mozárabe, y que se irá debilitando a lo largo del siglo XII hasta su desaparición.

Los dialectos del latín que van surgiendo incorporan gran cantidad de términos árabes. El castellano tiene aproximadamente cuatro mil términos provenientes de esta lengua. El número de topónimos es muy numeroso.

Léxico castellano de origen árabe: adalid, adarga, tambor, alberca, azafrán, aceituna, aduana, almacén, aldea, zaguán, alcoba, alquimia, algoritmo…

Topónimos de origen árabe: Alcalá, Medina, Guadalajara, Guadalquivir, Gibraltar, Almería, Calatayud, Algeciras, Benicásim…

5.Las lenguas romances

Existían dos variedades de la lengua latina: el latín culto (que se usaba principalmente en la escritura) y el latín vulgar (que era el que hablaban los colonos y los soldados). Fue esta última variedad de la lengua, menos refinada y más dialectalizada, la que más influyó en los territorios conquistados.

En muchos territorios conquistados por los romanos, su lengua desapareció, pero en muchos lugares evolucionó hasta dar lugar a las lenguas romances:
-Dialectos hispanos: gallegoportugués, asturleonés, castellano, navarroaragonés, catalán y mozárabe.
-Dialectos franceses: francés, provenzal, gascón
-Dialectos suizos: el romanche y otras variedades habladas en algunos cantones suizos (también en el norte de Italia).
-Dialectos italianos: toscano, napolitano, siciliano
-Otros: el sardo (hablado en la isla de Cerdeña) y el rumano.

Hoy algunas de ellas perviven y además son lenguas oficiales con una importante tradición literaria: rumano, italiano, francés, catalán, gallego, portugués y castellano.

6.El castellano

6.1.El reino de Castilla

Durante el siglo IX el reino asturiano, limítrofe con el reino navarro decidió proteger su frontera oriental con fortificaciones (castella) y, poco más tarde, ocupar y repoblar las zonas llanas. Tenemos que situar el origen de Castilla en lo que es hoy el norte de la provincia de Burgos, en la zona que linda con Cantabria, La Rioja y el País Vasco. La zona era gobernada por condes, que fueron adquiriendo cada vez mayor autonomía frente a los reyes de Oviedo y, luego, de León.

En el siglo X, Fernán González logra unificar bajo su mando todos los condados y el rey de León lo reconoce como “conde de toda Castilla” en el año 932. Poco después de la unificación se declara independiente y asienta la capitalidad en Burgos. En el año 1035 adquiere la condición de reino con Fernando I.

Alfonso VI heredó el reino de León. Más tarde, a la muerte de su hermano Sancho, también heredó el de Castilla. En el año 1085 conquistó Toledo.

Después del reinado de Alfonso VI, Castilla y León volverían a separarse, pero en la primera mitad del siglo XIII quedarían definitivamente unidos durante el reinado de Fernando III de Castilla, padre de Alfonso X.

Castilla se convierte así en uno de los reinos más poderosos de la Península y en el que mayor extensión de terreno ocupa a lo largo de la Reconquista, que termina en 1492 con la conquista del reino de Granada.

6.2.La lengua de Castilla

El castellano fue en principio la lengua hablada en Castilla. En gran parte de esta zona se hablaba vasco antes de la extensión del romance. Por eso el euskera influyó en el romance castellano (cinco vocales, pérdida de la f- inicial, etc.).

Los primeros testimonios de escritos en castellano son las glosas emilianenses y silenses (siglos X y XI).

En el siglo XIII el castellano se convirtió en la lengua de los documentos reales. Gracias a Alfonso X el castellano ganó terreno al latín. Su impulso contribuyó a la fijación de la ortografía y al desarrollo de la prosa castellana como vehículo cultural.

6.3.La lengua del Imperio

En tiempos de los Reyes Católicos, una vez acabada la Reconquista y establecida la supremacía de Castilla, el castellano se convirtió en la lengua de la Administración y de las relaciones comerciales. En 1492 se publicó la Gramática de la lengua española de Antonio de Nebrija.

Fue también el momento en el que la difusión literaria aumenta por la aparición de la imprenta.

El descubrimiento y la colonización de América propiciaron la extensión del castellano en vastas zonas del continente americano.

La existencia de una sola corona para los distintos territorios, la expansión colonial y la importancia de la literatura de los Siglos de Oro favorecieron el auge del castellano, que ya en el siglo XVI empezó a llamarse lengua española.



6.4.El Estado moderno

En el siglo XVIII, el interés por la corrección lingüística llevó a la creación de la Real Academia Española (1714). La RAE publicó en este siglo la “Ortografía” (1741), la “Gramática” (1771) y el “Diccionario de autoridades” (1726-1739).

La construcción de un Estado moderno implicaba una política de unificación administrativa y lingüística que llegó con la dinastía de los Borbones. Se impuso entonces el uso del castellano en la enseñanza y en los ámbitos jurídico y administrativo. Tal imposición no fue bien aceptada en todos los territorios, especialmente en Cataluña y el País Vasco.

6.5.Desde el siglo XX hasta nuestros días

En la Segunda República (1931-1936) fueron aprobados los estatutos de autonomía de Cataluña, País Vasco y Galicia (este justo antes de comenzar la Guerra Civil, por lo que no llegó a desarrollarse), que concedieron competencias a los distintos gobiernos territoriales para impulsar la difusión de sus lenguas respectivas.

Durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) se impuso el castellano en la enseñanza, en los medios de comunicación y en la vida pública. Las otras lenguas de España quedaron fuera de la educación y de todos los usos oficiales, quedando así relegado su uso al ámbito familiar y coloquial.

Con la instauración de la democracia y la aprobación de la Constitución de 1978 se reconoció la pluralidad lingüística y cultural de España.

Hoy el castellano es la lengua oficial de toda España. También es la lengua oficial de muchos países de América: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Honduras, Guatemala, Méjico, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela.

Se habla además en Filipinas (aunque cada vez menos), en las antiguas colonias africanas (en Guinea Ecuatorial y en el Sahara Occidental), en algunas ciudades del norte de Marruecos (Tánger, Tetuán, Larache, etc.) y en muchas ciudades de Estados Unidos.

También cabe mencionar la pervivencia del judeoespañol o sefardí (norte de África, Balcanes, Turquía, Israel…).  Y la creación del spanglish en algunas zonas de Estados Unidos.

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