miércoles, 23 de septiembre de 2015

LA COMUNICACIÓN HUMANA Y SUS ELEMENTOS
 EL SIGNO LINGÜÍSTICO: COMPONENTES Y CARACTERÍSTICAS 
EL LENGUAJE VERBAL Y SUS FUNCIONES 

 1. LA COMUNICACIÓN HUMANA Y SUS ELEMENTOS 

 1.1. La comunicación 

 La comunicación, en líneas generales, es el proceso mediante el cual se transmite una información de un punto a otro. La comunicación humana es un fenómeno complejo en el que deben considerarse no solo la transmisión de información, sino también otros factores como la intencionalidad comunicativa del emisor, o el reconocimiento de esa intencionalidad por parte del receptor. Cuando en la salida del autobús una persona pregunta a otra “¿Va a salir?”, lo normal es que el oyente la deje pasar, pues lo que realmente entiende es “Déjeme pasar”. La capacidad comunicativa no es privativa de los seres humanos pues también existe en el mundo animal. Sin embargo, el lenguaje humano se diferencia radicalmente de otros sistemas de comunicación existentes entre los animales y puede ser utilizado con diversas funciones. Las personas no solo recibimos y emitimos mensajes verbales. También podemos transmitir información a través de gestos, actitudes y códigos no verbales. Además, el medio en el que vivimos nos ofrece diferentes informaciones mediante la presencia de diversos signos. La capacidad humana para la comunicación verbal se concreta en las diversas lenguas o idiomas.

 1.2. Elementos que intervienen en el proceso comunicativo 

 En la comunicación humana intervienen los siguientes elementos: emisor, receptor, mensaje, canal, código y contexto o referente.



Emisor: es quien tiene la intención de transmitir una información, para lo cual elabora 
un mensaje y lo envía hasta su destinatario. 
 Receptor: es aquel que recibe el mensaje y lo interpreta. No se debe confundir el receptor con el destinatario. En ocasiones no son la misma persona. El receptor del mensaje es cualquier persona que lo descodifica e interpreta. El destinatario es aquel a quien el emisor dirige su mensaje. 
 Mensaje: es la secuencia de signos que el emisor elabora para transmitir la información. 
 Canal: es el medio físico por el cual el mensaje va del emisor hasta el receptor. Llamamos ruido a cualquier alteración en el medio físico de transmisión que dificulte la comunicación: el sonido ambiental, la excesiva distancia entre los interlocutores, algún sonido estruendoso, etc. Si la comunicación es escrita, podemos llamar ruido a una caligrafía defectuosa, a una mancha en el papel, etc. 
 Código: es el conjunto de signos y de reglas para combinarlos que el emisor utiliza para elaborar el mensaje. Contexto o referente: en sentido general, se denomina situación comunicativa al variado conjunto de circunstancias o hechos que afectan al emisor y al receptor y que condicionan la interpretación del mensaje. Podemos definirlo como el conjunto de circunstancias, conocimientos y creencias que el emisor y el receptor necesitan para producir e interpretar enunciados. Podemos diferenciar dos contextos diferentes: 
 -Contexto lingüístico: está constituido por los mensajes verbales que ambos interlocutores hayan intercambiado previamente. 
-Contexto situacional o situación comunicativa: es el conocimiento de aquellas circunstancias personales, espaciales, temporales, históricas, etc. que son relevantes en una comunicación. 

 2. EL SIGNO LINGÜÍSTICO: COMPONENTES Y CARACTERÍSTICAS 

 2.1. El signo 

 Un signo es cualquier cosa que se pueda percibir por los sentidos y que represente una realidad determinada para alguien que la interprete. Los signos nos permiten representar conceptos o realidades. Gracias a ellos podemos comunicarnos. 

 2.2. El significante y el significado 

 Los signos están formados por dos elementos inseparables: el significante y el significado.

 El significante es la parte física del signo, lo que percibimos por los sentidos. En una palabra serían los sonidos que emitimos para pronunciarla. En el dibujo que aparece en la puerta del servicio de un bar para indicarnos que es el de hombres, sería el mismo dibujo. 

 El significado es lo que entendemos al percibir el significante, el concepto que evoca en nuestra mente. En el caso de la palabra, lo que nos quiere decir. En el caso del dibujo de la puerta del servicio, que ese es el que está reservado para uso de los hombres. 

 2.3. Tipos de signos 

 Los signos se pueden clasificar de muchas formas: 

-Si nos fijamos en su origen, hablaremos de signos naturales y artificiales. Los signos naturales son aquellos que no han sido creados por nadie. Su origen es algún fenómeno de la naturaleza. Por ejemplo, la fiebre, que es un signo natural que anuncia la presencia de una enfermedad. Los signos artificiales, sin embargo, se crean intencionadamente para representar algo y poder comunicarlo. Por ejemplo, una cruz verde es un signo creado artificialmente para representar una farmacia. 

 -Si tenemos en cuenta el canal de percepción, es decir, el sentido que nos permite la percepción del signo, podemos clasificarlos en signos visuales (un mapa, una palabra escrita…), signos auditivos (un timbre, una palabra hablada…), signos táctiles (un apretón de manos, el alfabeto Braille…), signos olfativos (un perfume, el olor a podrido de un alimento caducado…) y signos gustativos (determinados sabores de un vino pueden ayudar a determinar su calidad para un entendido). 

 -Dependiendo de la intención, podemos clasificar los signos en intencionados y no intencionados. La pantalla en la que nos avisan de que hay un atasco en la carretera porque ha habido un accidente es, sin duda, un signo intencionado. Sin embargo, si viéramos un coche volcado en mitad de la carretera, nos indicaría que ha habido un accidente de forma involuntaria, es decir, no intencionada. 

 -Atendiendo a la relación que se establece entre el signo y el hecho u objeto al que representa, hay tres tipos fundamentales de signos: indicios, iconos y símbolos. 

a) Indicios: Están basados en la relación causa-efecto entre dos hechos. Si en un partido de baloncesto vemos que un jugador cojea, pensamos inmediatamente que se ha lesionado. Solo con ver el efecto (la cojera) somos capaces de imaginarnos su causa (la lesión). De la misma forma podemos decir que la fiebre es un signo de enfermedad, o que las nubes negras nos avisan de que va a haber tormenta, o cuando vemos a lo lejos una columna de humo, pensamos que debe de haber un fuego. 

 b) Iconos: Se basan en la relación de semejanza entre dos hechos u objetos.




c) Símbolos: Son signos convencionales, es decir, mantienen una relación arbitraria con el objeto o hecho al que representan.



2.4. El signo lingüístico y sus características 

 El lenguaje verbal es nuestra forma principal de comunicarnos. Las palabras, como todo signo, tienen significante y significado. El significante está formado por los fonemas sucesivos que reconocemos cuando alguien pronuncia una palabra. En el caso de que sea una palabra escrita, su significante está formado por las letras. Por otra parte, el significado de esa palabra es lo que entendemos al escucharla o al leerla. Veamos el ejemplo: 

Significante de una palabra oral: /kása/ 
Significante de una palabra escrita: casa 
Significado: edificio para habitar. 

 No hay que confundir el significado del signo con el objeto al que representa, es decir, con su referente. El significado de la palabra “casa” no es una casa concreta, sino la idea que tenemos de lo que es una casa.

 Los signos lingüísticos tienen una serie de características que los diferencian de otros tipos de signos: 

-Son orales. Se transmiten preferentemente mediante sonidos, aunque también pueden transmitirse gracias a la escritura. 
-Son arbitrarios. La relación entre el significante y el significado es arbitraria, convencional, no motivada. Nada tiene que ver la palabra casa con el significado edificio para habitar. Aunque existen casos de conexión no arbitraria, como las onomatopeyas, son esporádicos. Esto se demuestra observando cómo el significante para referirnos a un mismo significado varía en cada una de las lenguas. 
-Son lineales. Muchos mensajes no lingüísticos se forman emitiendo al mismo tiempo los diferentes signos que la componen. Por ejemplo, la señal de prohibido adelantar tiene varios signos simultáneos: la forma circular, la orla roja sobre fondo blanco, el dibujo de los dos coches, etc. En la comunicación verbal eso no es posible. Tanto al hablar como al escribir los signos lingüísticos han de aparecer uno tras otro, linealmente. -Tienen la capacidad de desplazamiento, es decir, pueden referirse a hechos alejados en el tiempo y en el espacio en el que se produce la situación comunicativa. 
-Cuentan con la posibilidad de mentir. La lengua permite la elaboración de mensajes no verdaderos. Un claro ejemplo sería la literatura, cuya característica fundamental es la creación de mundos de ficción. 
-Son autorreferenciales. Tienen la capacidad de referirse a sí mismos, gracias a la función metalingüística.
 -Es un sistema articulado, en el que partiendo de unidades pequeñas podemos crear elementos más complejos. La doble articulación del lenguaje permite elaborar infinitos mensajes partiendo de un número pequeño de unidades (los fonemas). En la primera articulación elaboramos los mensajes partiendo de los monemas o morfemas: 

Algun-a-s alumn-a-s entr-a-ron tarde 

En la segunda articulación podemos descomponer esos monemas en fonemas, que son unidades más pequeñas y menos numerosas:

 /a/ /l/ /g/ /u/ /n/ /a/ /s/ /a/ /l/ /u/ /m/ /n/ /a/ /s/ /e/ /n/ /t/ /r/ /a/ /r/ /o/ /n/ /t/ /a/ /r/ /d/ /e/ 

 3. EL LENGUAJE VERBAL Y SUS FUNCIONES

 3.1. Lenguaje verbal y lenguaje no verbal 

 Los seres humanos no utilizamos una sola manera de comunicarnos. Dependiendo de la clase de signos que empleemos, podemos diferenciar dos tipos generales: la comunicación verbal y la comunicación no verbal.

 3.2. La comunicación verbal 

 La comunicación verbal o lingüística es aquella que utiliza como signos las palabras. Transmitimos mensajes articulando sonidos con los que formamos signos lingüísticos. Con estos signos representamos los objetos y hechos de la realidad. Uniéndolos mediante las reglas de la gramática, construimos mensajes más o menos complejos (las oraciones) con los que representamos nuestros pensamientos. Quien escucha los sonidos que hemos pronunciado, si habla nuestra misma lengua, reconoce esos signos y su significado, de manera que puede evocar en su mente los pensamientos o ideas que pretendíamos transmitir. 

 3.3. La comunicación no verbal 

 Los enunciados verbales pueden ir acompañados y hasta ser sustituidos por signos pertenecientes a códigos no verbales. Son diferentes ramas de la lingüística las que se encargan del estudio de estos signos: la paralingüística, la cinésica y la proxémica. 

 La paralingüística estudia los elementos sonoros que acompañan a las emisiones lingüísticas: la intensidad, el volumen de la voz, el tono, etcétera. También estudia otros elementos significativos como la risa, el llanto, el grito, el bostezo, etc. 

 La cinésica estudia los gestos y las posturas corporales. 

 La proxémica analiza la colocación de los sujetos y de los objetos en el espacio y la interpretación que los sujetos hacen de esta colocación. La proxémica estudia, por ejemplo, la disposición de los objetos en los espacios interiores, ya sean públicos o privados. También se encarga de estudiar la distancia que, en una situación comunicativa, suele existir entre los individuos de las diferentes culturas o sociedades. 

 3.4. Las funciones del lenguaje 

 Todo mensaje lingüístico se emite con una determinada intención. Esa intención es la que define qué función comunicativa cumple el mensaje. Hay seis funciones del lenguaje y estas pueden relacionarse con los seis elementos del esquema de la comunicación:



- Función referencial o representativa (se relaciona con el referente o contexto): el emisor pretende transmitir al destinatario cierta información sobre la realidad: 

Ha llovido mucho. 
Anoche vi una película de Woody Allen. 
En estos mensajes la atención se centra en el referente o contexto, aunque en ocasiones este referente o contexto puede ser imaginario.

 -Función expresiva o emotiva (se relaciona con el emisor): la intención del emisor es mostrar sus emociones, sentimientos y opiniones: 

Me pongo triste cuando llueve. 
Cómo me gustó esa película. 

 -Función apelativa o conativa (se relaciona con el receptor): lo que el emisor pretende es provocar una respuesta en el destinatario. La respuesta puede ser física -cuando damos una orden a alguien- o verbal -cuando hacemos una pregunta y esperamos que el destinatario nos responda: 

Cierra la puerta. 
¿Tienes hora?

 -Función fática o de contacto (se relaciona con el canal): sirve para abrir el canal de comunicación, para cerrarlo o para indicarle al interlocutor que sigue abierto: 

Buenos días, dígame qué va a tomar. 
Bueno, vale. Hasta luego. 
Cuando repetimos constantemente sí en una conversación telefónica para indicarle al que nos habla que le estamos prestando atención. 

-Función metalingüística: es la función que le permite a la lengua referirse a sí misma. Se utiliza constantemente en las clases de Lengua: 

“Madre” es un sustantivo. 
“Hebilla” se escribe con hache y con be.

 -Función poética o estética: aparece cuando el emisor, empleando distintos mecanismos, centra la atención del discurso en el mensaje mismo, en su forma. Es la función que aparece en los textos literarios, en los que importa no solo lo que se dice sino cómo se dice. Como es lógico, varias funciones se pueden dar de forma simultánea en un mismo mensaje. Si un emisor dice Qué película más buena va a empezar ahora mismo en la televisión, está usando al mismo tiempo la función emotiva y la referencial. Si además estuviera insinuándole al destinatario que ponga la televisión, tendríamos también la función apelativa.

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