viernes, 30 de octubre de 2015

NOMBRE Y APELLIDOS
CURSO  4º ESO – Grupo C/D                                                  FECHA: 30/10/2015
Número de ACIERTOS
Número de FALLOS





             



Rodea la opción que consideres correcta:

LA ORACIÓN SIMPLE

1.- Una de estas oraciones no es impersonal:
a)  Esta noche ha habido varias explosiones en nuestro pueblo.
b)  Esta noche se han oído varias explosiones en nuestro pueblo.    
c)  Esta noche ha hecho muchísimo frío en nuestro pueblo.
d)  Todavía es demasiado pronto para ese asunto.

2.- En la oración “Este artículo es muy interesante” el sintagma subrayado funciona de:
 a) Sujeto.
b)  Atributo.
c)  Complemento Directo.
d)  C.C. Tiempo.

3.- En El mueble de la entrada ha sido restaurado por un estudiante de Bellas Artes, el sintagma preposicional subrayado funciona de:
a) Complemento Directo.
b)  Complemento de Régimen.  
c)  Complemento Agente.
d)  C.C. Causa.

4.- En la oración  Esta mañana se nos ha vuelto a estropear la lavadora,  el sujeto es:
 a) Nos.
b)  A nosotros (está omitido).
c)  La lavadora.   
d)  No hay, es impersonal.

5.- En Los protagonistas de la obra estuvieron horribles para los críticos, el sintagma subrayado funciona de:
a)  Atributo.
b)  Complemento Directo.
c)  C.C. Modo.
d)  Complemento Predicativo.   
  
6.- En Los apuntes de historia se los he prestado a Marta para el examen de recuperación,  el sintagma subrayado funciona de:
a) Sujeto.
b)  Complemento de Régimen.
c)  C.C. Materia.
d)  Complemento Directo.

7.- ¿En cuál/es de estas oraciones el sintagma “de la esquina” funciona de C.C. Lugar?
a)  Los amigos de mi hijo mayor se reúnen en ese bar de la esquina.
b)  La fotografía de toda la iglesia solamente la pude sacar de la esquina.
c)  Hemos visto a la madre de Marta en esa tienda de la esquina. 
d)  En las tres.


8.- En El hermano de Marta ha venido de su viaje a Kenia muy contento, el sintagma subrayado funciona de:
a)  Atributo.
b)  Complemento Predicativo.  
c)  C.C. Modo.
d)  Complemento de Nombre.


9.- En Todavía no nos hemos acostumbrado a estos horarios, el pronombre funciona de:
 a) Sujeto.
b)  Complemento Directo.
c)  Es un morfema del verbo.
d)  Complemento Indirecto.  

10.- ¿Cuál/es de las siguientes oraciones es impersonal?

- Todavía no se nos ha atendido en la ventanilla.
- A causa del chaparrón se han inundado todos los locales comerciales.
a)  Las dos son impersonales.
b)  Ninguna lo es.
c)  La primera. 

11.- ¿En cuál/es de estas oraciones el pronombre “os” funciona de Complemento Directo?
Marta os ha estado observando desde su balcón.
¿Desde cuándo os conocéis Javier y tú?
a.  En ninguna.
b.  En las dos.  
  
12.- En Se me ha ocurrido una nueva idea para nuestro proyecto, el sintagma subrayado funciona de:
a)  Complemento Directo.
b)  Complemento Indirecto.
c)  Complemento de Régimen.
d)  C.C. Finalidad.


13.- En la oración Hemos de pensar muy seriamente en el futuro de la empresa el sintagma subrayado funciona de:
a) Complemento Directo.
b)  Complemento de Régimen.  
c)  C.C. de Materia.
d)  C.C. de Lugar.

14- ¿En cuál/es de las siguientes oraciones el adjetivo “horrible” funciona de atributo?
a)  La tía de Marta fue a la fiesta con un vestido horrible.
b)  Esta mañana hemos estado dos horas en un horrible atasco.
c)  La actuación de los protagonistas me ha parecido horrible.   
d)  En ninguna de las oraciones.

15.- En la oración El vecino del tercero ha sido denunciado por escándalo público, el sintagma subrayado funciona de:
a) Complemento Directo.
b)  Complemento de Régimen.  
c)  Complemento Agente.
d)  C.C. Causa.


16.- En la oración Los periodistas han premiado a los mejores deportistas del año pasado,  el sintagma subrayado funciona de:
a) Complemento Directo.  
b)  Complemento Indirecto.
c)  Complemento de Régimen.
d)  Complemento Agente.
.  
17.- En la oración anterior el sintagma “del año pasado” funciona de:
a)  Complemento de Nombre.  
b)  Complemento Directo.
c)  Complemento de Régimen.
d)  C.C. Tiempo.

18.- En A mi tía Isabel solamente le gustan los pasteles de crema, el Sujeto es:
a) A mi tía Isabel.
b)  Los pasteles.
c)  Los pasteles de crema.   
d)  No hay, es impersonal.

19.- En la oración Se nos han terminado las galletas en cinco minutos, el Complemento Directo es:
a)  se                 b) nos                 c) las galletas                  d) no hay


20.- ¿Cuál/es de las siguientes oraciones es impersonal?
a)  Esta mañana ha caído una fuerte granizada en la costa.
b)  Esta mañana se nos ha caído la lámpara de la sala.
c)  Las dos son impersonales.
d)  Ninguna lo es.  

21.- ¿Cuál/es de los sintagmas subrayados funciona de Complemento Agente?
a)  Alberto fue convocado en el último partido por el nuevo entrenador.   
b)  A causa del accidente el tráfico fue desviado por una carretera comarcal. 
  
22.- En la oración La afición confiaba plenamente en la recuperación del equipo, el sintagma subrayado funciona de:
a) Complemento Directo.
b)  Complemento de Régimen.
c)  C.C. de Materia.
d)  C.C. de Modo.

23.- En la oración Marta ha engañado hábilmente a varios compañeros de la facultad, el predicado se compone de:
a)  V + CC.Modo + CD + CC.Lugar
b)  V + CC.Modo + CD
c)  V + CC.Modo + CI + CC.Lugar
d)  V + CC.Modo + CI


24.- En  A la dirección le parecen correctas nuestras reivindicaciones, el Sujeto es:
 a) A la dirección.
b)  Nuestras reivindicaciones.
c)  Ellos (sujeto omitido).
d) No hay, es impersonal.  
 

25.- ¿En cuál/es de las siguientes oraciones el adjetivo “sucios” funciona de C.Predicativo?
a)  El hermano de Marta ha traído del colegio sucios los pantalones.
b)  El hermano de Marta se ha tenido que poner esta mañana los pantalones sucios.
c)  Los pantalones del hermano de Marta ya estaban sucios esta mañana.

  
26.- En la oración La semana pasada hubo un simulacro de incendio en nuestro colegio,  el Sujeto es:
a)  La semana pasada.
b)  Un simulacro.
c)  Un simulacro de incendio.
d)  No hay sujeto, es impersonal.






























LAS ORACIONES DE LAS CARTULINAS DE COLORES

Aquí os dejo las oraciones con las que trabajamos el viernes 30 de octubre. Comprobad los resultados que escribisteis en vuestra plantilla:

1. Llegaremos esta tarde a la reunión.  Función del sintagma subrayado.
2. Se arreglan ordenadores.  Tipo de "Se".
3. Abel y Carmen se quieren.  Tipo de "Se" y función.
4. He vivido mucho. Función del sintagma subrayado.
5. Se trabaja mucho en esta empresa. Tipo de "Se".
6. El abrigo lo compraron en rebajas. Función del sintagma subrayado.
7. Ese chico ayer acabó bastante agotado. Función del sintagma subrayado.
8. Los chicos devolvieron limpios los cubos de plástico. Función del sintagma subrayado.
9. Le trajeron a mi hermano sus regalos. Función del sintagma subrayado.
10. La profesora saluda a sus compañeros. Función del sintagma subrayado.
11. Yo creo en tus posibilidades. Función del sintagma subrayado.
12. Me fascinan las películas de terror. Función del sintagma subrayado.
13. Había muchos alumnos en el parque. Función del sintagma subrayado.
14. Entrégaselo. Función de "Se" y "Lo".
15. Aún no están contentos. Función del sintagma subrayado.
16. Los libros han sido recogidos por el profesor. Función del sintagma subrayado.
17. Los libros han sido recogidos por la tarde. Función del sintagma subrayado.
18. A mis amigos les piden siempre la misma canción. Función del sintagma subrayado.
TEXTOS DEL SIGLO XVIII

LÍRICA

“De los labios de Dorila” de Juan Meléndez Valdés
La rosa de Citeres,   
primicia del verano,  
delicia de los dioses  
y adorno de los campos,   

objeto del deseo 
de las bellas, del llanto   
del Alba feliz hija,  
del dulce Amor cuidado,   

¡oh, cuán atrás se queda   
si necio la comparo    
en púrpura y fragancia,   
Dorila, con tus labios!,   

ora el virginal seno   
al soplo regalado  
de aura vital desplegue   
del sol al primer rayo,  

o inunde en grato aroma   
tu seno relevado,  
más feliz si tú inclinas   
la nariz por gozarlo.    


“A la peligrosa enfermedad de Filis” de José Cadalso

Si el cielo está sin luces
el campo está sin flores
los pájaros no cantan
los arroyos no corren
no saltan los corderos
no bailan los pastores
los troncos no dan frutos
los ecos no responden...
es que enfermó mi Filis
y está suspenso el orbe.





“La zorra y las uvas” de Félix María de Samaniego

Es voz común que a más del mediodía
en ayunas la zorra iba cazando.
Halla una parra, quedase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.
Causábale mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
al mostrar a sus dientes la alta parra
negros racimos entre verdes hojas.
Miró, saltó y anduvo en probaduras;
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la zorra dijo:
"¡No las quiero comer! ¡No están maduras!"
No por eso te muestres impaciente
si se te frustra, Fabio, algún intento;
aplica bien el cuento
y di: ¡No están maduras!, frescamente.


“Los dos conejos” de Tomás de Iriarte

Por entre unas matas,
seguido de perros
(no diré corría),
volaba un conejo.

De su madriguera
salió un compañero,
y le dijo: «Tente,
amigo, ¿qué es esto?».

«¿Qué ha de ser? -responde:
-sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo."

«Sí -replica el otro,
-por allí los veo...,
pero no son galgos.»
«¿Pues qué son?" «Podencos.»

«¿Qué? ¿Podencos dices?»
«Sí, como mi abuelo.»
«Galgos y muy galgos,
bien vistos los tengo.»

«Son podencos: vaya,
que no entiendes de eso.»
«Son galgos te digo.»
«Digo que podencos.»

En esta disputa,
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.

Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa
llévense este ejemplo.


Anacreóntica de José Iglesias de la Casa

Debajo de aquel árbol
de ramas bulliciosas,
donde las auras suenan,
donde el favonio sopla,
donde sabrosos trinos
el ruiseñor entona,
y entre guijuelas ríe
la fuente sonorosa;
la mesa, oh Nise, ponme
sobre las frescas rosas,
y de sabroso vino
llena, llena la copa.
Y bebamos alegres
brindando en sed beoda
sin penas, sin cuidados,
sin sustos, sin congojas;
y deja que en la corte
los grandes en buen hora,
de adulación servidos,
con mil cuidados coman.


PROSA NARRATIVA

Nacimiento, crianza y escuela de don Diego de Torres Villarroel

Yo nací entre las cortaduras del papel y los rollos del pergamino en una casa breve del barrio de los libreros de la ciudad de Salamanca, y renací por la misericordia de Dios en el sagrado bautismo en la parroquia de San Isidoro y San Pelayo, en donde consta este carácter, que es toda mi vanidad, mi consuelo y mi esperanza. La retahíla del abolorio*, que dejamos atrás, está bautizada también en las iglesias de esta ciudad, unos en San Martín, otros en San Cristóbal y otros en la iglesia catedral, menos los dos hermanos, Roque y Francisco, que son los que trasplantaron la casta. Los Villarroeles, que es la derivación de mi madre, también tiene de trescientos años a esta parte asentada su raza en esta ciudad, y en los libros de bautizados, muertos y casados, se encontrarán sus nombres y ejercicios.
Crieme, como todos los niños, con teta y moco, lágrimas y caca, besos y papilla. No tuvo mi madre, en mi preñado ni en mi nacimiento, antojos, revelaciones, sueños ni señales de que yo había de ser astrólogo o sastre, santo o diablo. Pasó sus meses sin los asombros o las pataratas que nos cuentan de otros nacidos, y yo salí del mismo modo, naturalmente, sin más testimonios, más pronósticos ni más señales y significaciones que las comunes porquerías en que todos nacemos arrebujados y sumidos. Ensuciando pañales, faldas y talegos, llorando a chorros, gimiendo a pausas, hecho el hazmerreír de las viejas de la vecindad y el embelesamiento de mis padres, fui pasando, hasta que llegó el tiempo de la escuela y los sabañones. Mi madre cuenta todavía algunas niñadas de aquel tiempo: si dije este despropósito o la otra gracia, si tiré piedras, si embadurné el vaquero**, el papa, caca y las demás sencilleces que refieren todas las madres de sus hijos; pero siendo en ellas amor disculpable, prueba de memoria y vejez referirlas, en mí será necedad y molestia declararlas. Quedemos en que fui, como todos los niños del mundo, puerco y llorón, a ratos gracioso y a veces terrible, y están dichas todas las travesuras, donaires y gracias de mi niñez.
A los cinco años me pusieron mis padres la cartilla en la mano, y, con ella, me clavaron en el corazón el miedo al maestro, el horror a la escuela, el susto continuado a los azotes y las demás angustias que la buena crianza tiene establecidas contra los inocentes muchachos. Pagué con las nalgas el saber leer, y con muchos sopapos y palmetas el saber escribir; y en este Argel estuve hasta los diez años, habiendo padecido cinco en el cautiverio de Pedro Rico, que así se llamaba el cómitre que me retuvo en su galera. Ni los halagos del maestro, ni las amenazas, ni los castigos, ni la costumbre de ir y volver de la escuela, pudieron engendrar en mi espíritu la más leve afición a las letras y las planas. No nacía este rebelión de aquel común alivio que sienten los muchachos con el ocio, la libertad y el esparcimiento, sino de un natural horror a estos trastos, de un apetito propio a otras niñerías más ocasionadas y más dulces a los primeros años. El trompo, el reguilete y la matraca*** eran los ídolos y los deleites de mi puerilidad; cuanto más crecía el cuerpo y el uso de la razón, más aborrecía el linaje de trabajo.

*Ascendencia de abuelos y antepasados.
**Vestido exterior que cubre todo el cuerpo y se abrocha por una abertura que tiene atrás.
***El trompo o la peonza sigue existiendo hoy. La matraca es la carraca, hoy en desuso pero aún conocida. El reguilete es un juego olvidado que se define así en el Diccionario de autoridades: “un palito de cuatro dedos de largo, poco más o menos, con unas plumas en el extremo, con que juegan los muchachos con una pala”.


Fragmento de Fray Gerundio de Campazas de José Francisco de Isla

Su desgracia fue que siempre le deparó la suerte maestros estrafalarios y estrambóticos como el cojo, que en todas las facultades le enseñaban mil sandeces, formándole desde niño un gusto tan particular a todo lo ridículo, impertinente y extravagante que jamás hubo forma de quitársele. Y aunque muchas veces se encontró con sujetos hábiles, cuerdos y maduros que intentaron abrirle los ojos para que distinguiese lo bueno de lo malo [..,], nunca fue posible apearle de su capricho: tanta impresión habían  hecho en su ánimo los primeros disparates. (…)

            —De estas veinte y cuatro letras, unas se llaman vocales, y otras consonantes. Las vocales son cinco: a, e, i, o, u. Llámanse vocales porque se pronuncian con la boca.
            —Pues, ¿acaso las otras, señor maestro —le interrumpió Gerundico con su natural viveza—, se pronuncian con el cu...? —y díjolo  por entero.
            Los muchachos se rieron mucho. El cojo se corrió un poco; pero, tomándolo a gracia, se contentó con ponerse un poco serio, diciéndole:
            —No seas intrépido y déjame acabar lo que iba a decir. Digo, pues, que las vocales se llaman así porque se pronuncian con la boca y puramente con la voz; pero las consonantes se pronuncian con otras bocales. Esto se explica mejor con los ejemplos. A, primera vocal, se pronuncia abriendo mucho la boca: a.
            Luego que oyó esto Gerundico, abrió su boquita y, mirando a todas partes, repetía muchas veces: 
            —A,a,a; tiene razón el señor maestro.
            Y este prosiguió:
            —La e se pronuncia acercando la mandíbula inferior a la superior, esto es, la quijada de abajo a la de arriba: e.
            —A ver, a ver cómo lo hago yo, señor maestro –dijo el niño—: e, e, e, a, a, a, e. ¡Jesús, y qué cosa tan buena!
            —La i se pronuncia acercando más las quijadas una a otra, y retirando igualmente las dos extremidades de la boca hacia las orejas: i, i.
            —Deje usted a ver si yo sé hacerlo: i, i, i.
            —Ni más ni menos, hijo mío, y pronuncias la i a la perfección. La o se forma abriendo las quijadas, y después juntando los labios por los extremos, sacándolos un poco hacia afuera, y formando la misma figura de ellos como una cosa redonda, que representa una o.
            Gerundillo, con su acostumbrada intrepidez, luego comenzó a hacer la prueba y a gritar: o, o, o. El maestro quiso saber si los demás muchachos habían aprendido también las importantísimas lecciones que los acababa de enseñar, y mandó que todos a un tiempo y en voz alta pronunciasen las letras que les había explicado. Al punto se oyó una gritería, una confusión y una algarabía de todos los diantres: unos gritaban a, a; otros e. e; otros i, i; otros o, o. El cojo andaba de banco en banco, mirando a unos, observando a otros y enmendando a todos: a este le abría más las mandíbulas; a aquel se las cerraba un poco; a uno le plegaba los labios; a otro se los descosía, y en fin, era tal la gritería, la confusión y la zambra, que parecía la escuela ni más ni menos al coro de la Santa Iglesia de Toledo en las vísperas de la Expectación.

 PROSA ENSAYÍSTICA

“Pasión nacional” de Benito Jerónimo Feijoo (del libro Teatro crítico universal)

Busco en los hombres aquel amor de la patria que veo tan celebrado en los libros, quiero decir aquel amor justo, debido, noble, virtuoso, y no lo encuentro. En unos no veo algún afecto a la patria; en otros solo veo un afecto delincuente, que con voz vulgarizada se llama pasión nacional. No niego que, revolviendo las historias, se hallan a cada paso millares de víctimas sacrificadas a este ídolo. ¿Qué guerra se emprendió sin este pretexto? ¿Q campaña se ve bañada en sangre a cuyos cadáveres no pusiese la posteridad la honrosa inscripción funeral de que perdieron la vida por la patria? Mas si examinamos las cosas por adentro, hallaremos que el mundo vive muy engado en el concepto que hace que tenga tantos y tan finos devotos esta deidad imaginaria.
            El pensar ventajosamente de la nación donde hemos nacido sobre todas las demás del mundo es error, entre los comunes, comunísimo. Raro hombre hay, y entre los plebeyos ninguno, que no juzgue que es su patria la mayorazga de la naturaleza, o mejorada en tercio y quinto en todos aquellos bienes que ésta distribuye, ya se contemple la índole y habilidad de los naturales, ya la fertilidad de la tierra, ya la benignidad del clima. En los entendimientos de escalera abajo se representan las cosas cercanas como en los ojos corporales, porque, aunque sean más pequeñas, les parecen mayores que las distantes: solo en su nación hay hombres sabios, los demás son punto menos que bestias; solo sus costumbres son racionales; solo su lenguaje es dulce y tratable.
            Este es efecto de la que llamamos pasión nacional, hija legítima de la vanidad y de la emulación. La vanidad nos interesa en que nuestra nación se estime superior a todas, porque a cada individuo toca parte de su aplauso; y la emulación con que miramos las extrañas, especialmente las vecinas, nos inclina a solicitar su abatimiento. Por uno y otro motivo atribuyen a su nación mil fingidas excelencias aquellos mismos que conocen que son fingidas.


TEATRO

Final de El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín

Escena XIII

DON CARLOS, DON DIEGO, DOÑA IRENE, DOÑA FRANCISCA, RITA.

(Sale DON CARLOS del cuarto precipitadamente; coge de un brazo a DOÑA FRANCISCA, se la lleva hacia el fondo del teatro y se pone delante de ella para defenderla. DOÑA IRENE se asusta y se retira.)

DON CARLOS.- Eso no... Delante de mí nadie ha de ofenderla.
DOÑA FRANCISCA.- ¡Carlos!
DON CARLOS.- (A DON DIEGO) Disimule usted mi atrevimiento... He visto que la insultaban y no me he sabido contener.
DOÑA IRENE.- ¿Qué es lo que me sucede, Dios mío? ¿Quién es usted?... ¿Qué acciones son éstas?... ¡Qué escándalo!
DON DIEGO.- Aquí no hay escándalos... Ese es de quien su hija de usted está enamorada... Separarlos y matarlos viene a ser lo mismo... Carlos... No importa... Abraza a tu mujer. (Se abrazan DON CARLOS y DOÑA FRANCISCA, y después se arrodillan a los pies de DON DIEGO.)
DOÑA IRENE.- ¿Conque su sobrino de usted?...
DON DIEGO.- Sí, señora; mi sobrino, que con sus palmadas, y su música, y su papel me ha dado la noche más terrible que he tenido en mi vida... ¿Qué es esto, hijos míos, qué es esto?
DOÑA FRANCISCA.- ¿Conque usted nos perdona y nos hace felices?
DON DIEGO.- Sí, prendas de mi alma... Sí. (Los hace levantar con expresión de ternura.)
DOÑA IRENE.- ¿Y es posible que usted se determina a hacer un sacrificio?...
DON DIEGO.- Yo pude separarlos para siempre y gozar tranquilamente la posesión de esta niña amable, pero mi conciencia no lo sufre... ¡Carlos!... ¡Paquita!... ¡Qué dolorosa impresión me deja en el alma el esfuerzo que acabo de hacer!... Porque, al fin, soy hombre miserable y débil.
DON CARLOS.- (Besándole las manos.) Si nuestro amor, si nuestro agradecimiento pueden bastar a consolar a usted en tanta pérdida...
DOÑA IRENE.- ¡Conque el bueno de Don Carlos! Vaya que...
DON DIEGO.- Él y su hija de usted estaban locos de amor, mientras que usted y las tías fundaban castillos en el aire, y me llenaban la cabeza de ilusiones, que han desaparecido como un sueño... Esto resulta del abuso de autoridad, de la opresión que la juventud padece; estas son las seguridades que dan los padres y los tutores, y esto lo que se debe fiar en el sí de las niñas... Por una casualidad he sabido a tiempo el error en que estaba... ¡Ay de aquellos que lo saben tarde!
DOÑA IRENE.- En fin, Dios los haga buenos, y que por muchos años se gocen... Venga usted acá, señor; venga usted, que quiero abrazarle. (Abrazando a DON CARLOS, DOÑA FRANCISCA se arrodilla y besa la mano de su madre.) Hija, Francisquita. ¡Vaya! Buena elección has tenido... Cierto que es un mozo muy galán... Morenillo, pero tiene un mirar de ojos muy hechicero.
RITA.- Sí, dígaselo usted, que no lo ha reparado la niña... señorita, un millón de besos. (Se besan DOÑA FRANCISCA y RITA.)
DOÑA FRANCISCA.- Pero ¿ves qué alegría tan grande?... ¡Y tú, como me quieres tanto!... Siempre, siempre serás mi amiga.
DON DIEGO.- Paquita hermosa (Abraza a DOÑA FRANCISCA), recibe los primeros abrazos de tu nuevo padre... No temo ya la soledad terrible que amenazaba a mi vejez... Vosotros (Asiendo de las manos a DOÑA FRANCISCA y a DON CARLOS) seréis la delicia de mi corazón; el primer fruto de vuestro amor... sí, hijos, aquél... no hay remedio, aquél es para mí. Y cuando le acaricie en mis brazos, podré decir: a mí me debe su existencia este niño inocente; si sus padres viven, si son felices, yo he sido la causa.
DON CARLOS.- ¡Bendita sea tanta bondad!
DON DIEGO.- Hijos, bendita sea la de Dios.